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lunes, 28 de abril de 2014

TERCERO B
Qué son la ventaja comparativa y la ventaja competitiva?
La ventaja comparativa, a diferencia de la ventaja competitiva, se encuentra entre los términos más antiguos dentro de los estudios económicos. La importancia de tener claro lo que distingue a cada uno de estos términos se hace patente cuando, por ejemplo, la "competitividad" se usa de manera generalizada por los gobiernos para justificar en gran medida sus políticas económicas sin reflejar a veces lo que el término en sí conlleva.
En principio, para definir lo que es la teoría de la "ventaja comparativa", recurriremos al autor de la misma, el economista británico David Ricardo, quien postula que si un país no posee ventaja absoluta sobre ningún bien o producto, a ese país le conviene especializarse en la producción de dichos productos en los que tenga menos desventajas. En base a esto, el comercio exterior y los precios dentro del mercado internacional de un producto se fijan de acuerdo a los costes del trabajo dentro de las fronteras de cada país.
Básicamente se puede decir que un país posee una ventaja comparativa cuando los costes de producir un bien, comparándolos con los de otros bienes producidos por el mismo país, son menores; hablamos de los costes de inversión y por supuesto de mano de obra.
Michael E. Porter en su obra "Ventaja competitiva. Creación y sostenimiento de un desempeño superior" nos define la "ventaja competitiva" como la utilidad que una empresa es capaz de generar para sus clientes. Esto se traduce en precios más bajos de producción obteniendo beneficios similares a los de las empresas competidoras. Esta "utilidad se define como la cantidad que los clientes están dispuestos a pagar por los productos de una empresa, es decir, el "valor", siempre según Porter. Si este "valor" es superior a los costes de producción, se dice que el producto es competitivo. Es decir, cuanto mayor capacidad tenga una empresa de transformar en beneficios los costes de inversión y la mano de obra, es decir, los insumos, la empresa será más competitiva.
En nuestros tiempos se habla de que un país debería dejar de competir sobre ventajas comparativas y competir sobre ventajas competitivas que surjan de productos únicos. Se busca que haya un grado más alto de competitividad en base a la especialización de la mano de obra y de los procesos de producción que se basen en las nuevas tecnologías para aumentar la eficiencia de los mismos. De esta manera se deja de depender de la mano de obra barata en exceso y se potencia la optimización de recursos, generando productos de mayor calidad e igualmente competitivos dentro de los mercados internacionales e incentivando a su vez el desarrollo de innovaciones tecnológicas.
A pesar de ello, los economistas aseguran que estos dos términos no son independientes de ninguna manera y que están ligados el uno con el otro, ya que en realidad la ventaja competitiva se construye sobre la ventaja comparativa y los factores que la determinan, y a veces los costos de producción son tan elevados que no es viable realizar proyectos que puedan obtener a la vez una ventaja competitiva sobre la producción de dichos productos en otro país.
Para complementar
 Los países proteccionistas por lo general son pobres
 Offshoring o deslocalización
 Índice energético Platts
 Alternativas de exportación
 Un tratado de libre comercio no tan libre
 ¿Cuál es la diferencia entre la ventaja competitiva y la ventaja comparativa?
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 La ventaja comparativa es aquella ventaja que goza un pais o estado sobre otro, en cuanto al costo de producir algún producto. Por lo general, es una ventaja natural del pais, es decir, no ha hecho nada en extraordinario para obtener esta ventaja.
 La ventaja comparativa se da cuando un pais o una organización produce, en comparación con otro, mejor y con menor costo. Por ejemplo, el café que se produce en Colombia se realiza a menor costo en comparación a que si se produciera en México con la misma calidad de granos.
 Por otra parte, la ventaja competitiva es cuando una compañía le “agrega valor” al producto, lo que hace que tenga un plus en comparación a las demás compañías competidoras. Esto se hace a través de un trabajo desarrollado para conseguir esta ventaja competitiva.
 La idea de una ventaja competitiva, para que sea efectiva debe ser difícil de igualar, sostenida en el tiempo, única y superior a la competencia.
 Las ventajas competitivas más conocidas son la diferenciación de los productos y la de liderazgo en costos. El primero se trata de vender poco (productos exclusivos) y con un alto precio, mientras que la segunda consta de vender más barato que la competencia pero a grandes cantidades.
Teoría de la dependencia
La teoría de la dependencia es una respuesta teórica elaborada entre los años 50 y 70 por científicos sociales a la situación de estancamiento socio-económico latinoamericano en el siglo XX como una respuesta a la teoría del desarrollo. La Teoría de la Dependencia utiliza la dualidad centro-periferia para exponer que la economía mundial posee un diseño desigual y perjudicial para los países no desarrollados, a los que se les ha asignado un rol periférico de producción de materias primas con bajo valor agregado, en tanto que las decisiones
fundamentales y los mayores beneficios se realizan en los países centrales, a los que se ha asignado la producción industrial de alto valor agregado.
Índice
 1 Premisas básicas
 2 Auge y esplendor de la teoría de la dependencia
 3 Pensamiento cepalino desde los años 80
 4 Véase también
 5 Bibliografía recomendada
 6 Enlaces externos
Premisas básicas
Los ejes principales sobre los que se rige esta propuesta son:
1. Las naciones pobres del sur proveen a las naciones ricas de sus recursos naturales, su mano de obra barata y un destino ideal para la tecnología obsoleta, situaciones sin las cuales estas últimas naciones no podrían mantener el nivel de vida al que están acostumbrados.
2. Las naciones ricas buscan perpetuar el estado de dependencia por múltiples razones y por motivos por demás obvios. Esta influencia no se limita a lo económico, sino que va más allá, llegando a los político, mediático, educativo, cultural, deportivo y prácticamente cualquier aspecto que sea necesario para el desarrollo humano.
3. Las naciones ricas buscan eliminar cualquier intento de las naciones dependientes de resistir su influencia, mediante sanciones económicas o el uso de fuerza militar.
Auge y esplendor de la teoría de la dependencia
La crisis capitalista de los años 30 fue uno de los contextos determinantes para la tesis de la teoría de la dependencia, según la cual el Estado debía asumir el papel principal de regular al Mercado; mientras que en el mundo desarrollado la respuesta a esa crisis se expresó mediante el keynesianismo. En los años 40, el argentino Raúl Prebisch fue quien instaló el debate en la intelectualidad latinoamericana con su idea de centro-periferia que buscaba explicar la modernidad periférica. La CEPAL, ubicada en Santiago de Chile, fue la sede de la teoría al albergar a los intelectuales más destacados de esa época en América Latina.
La irrupción de intelectuales como Theotonio Dos Santos, Andre Gunder Frank, Ruy Mauro Marini, Celso Furtado, Enzo Faletto y Fernando Henrique Cardoso, entre otros, le dio un dinamismo profundo a la teoría de la dependencia, marcando claramente la estrategia estatal (Industrialización por sustitución de importaciones o ISI) de los países más industrializados del sub-continente (Argentina, Mexico y Brasil) en la que estos países cerraron sus mercados (fomentando el mercado interno y aplicando altas tasas a las importaciones) y promovieron la construcción de una burocracia que pudiera interactuar con las élites decimonónicas que de paso contribuía a la construcción de una clase media de peso que pudiera fomentar el dinamismo del mismo mercado interno.
La inspiración teórica de esta corriente económica-social estaba en las tesis marxistas en diálogo con los postulados de Max Weber, cuyo pensamiento influyó notablemente en la estructura de este "pensamiento cepalino". Posteriormente, a fines de los 60 un nuevo impulso redefinió las primeras ideas sobre la dependencia, responsabilizando a las propias élites latinoamericanas por el atraso de estos países. Así entonces, habría un factor interno y otro externo que producirían la situación de subdesarrollo. La solución nuevamente estaba en el énfasis del rol del Estado, quien debía tomar el control total de las políticas nacionales; entre éstas el control del dinamismo estacionario del capital, creación de empresas estratégicas con dirección y capital estatal y regulación bancaria. Esto último, a través de varios años, produjo una hiperinflación que devino la mayoría de los casos en desorden civil y golpes de Estado.
El Golpe de Estado del 11 de septiembre de 1973 en Chile produjo un quiebre de corto y mediano plazo en el pensamiento de la CEPAL, quiebre que marcaría la progresiva marginación y pérdida de influencia del proyecto, a corto plazo, por la imposibilidad de seguir contribuyendo a políticas de Estado frente a la cadena de dictaduras latinoamericanas y las operaciones combinadas de la CIA y la política norteamericana; y, a mediano plazo, por un contexto de agotamiento de la estrategia de mercados internos y del mismo proyecto industrial (Industrialización) conocido desde el siglo XVII y ampliado por el fordismo.
Pensamiento cepalino desde los años 80
Diseminados y en algunos casos perseguidos, hubo un nuevo giro en los proyectos, pues la industrialización se caía a pedazos. Los intelectuales chilenos del pensamiento de la dependencia comenzaron a escribir sobre las transformaciones neoliberales chilenas, mientras que en otros países aún había intentos de resucitar el proyecto industrializador en manos del Estado, pero la pluma estaba cargada de un tinte crítico. Para una minoría radicalizada de estos intelectuales, la solución estaba en la relación con los movimientos sociales emergentes, para desde un grado cero intervenir la burocracia. En esta línea, donde destaca Samir Amin, se proyectaron hacia los años 90 las revueltas civiles que se hicieron conocidas a fines de esa década en Latinoamérica (la generación del "que se vayan todos"), que puso el debate sobre la izquierdización del sub-continente.
Con la llegada de los años 90 y la caída del Bloque Soviético, estos intelectuales tomaron diferentes rumbos. Mientras unos pocos se radicalizaron participando activamente en el desarrollo de las teorías antiglobalización (Theotonio Dos Santos, Samir Amin), otros trabajaron en el ámbito académico (Faletto, Marini) y otros reestructuraron sus ideas, como es el caso de Fernando Henrique Cardoso,quien llevó el neoliberalismo a Brasil bajo su presidencia.
FUENTE: VARIAS LINKS DE INTERNET

martes, 22 de abril de 2014

TERCERO B
EDUCACION PARA LA CIUDADANIA
LA PARTICIPACION CIUDADANA
La participación ciudadana no es un objetivo en sí misma, sino el medio para conseguir los fines de cada grupo. Participar es la acción y voluntad de intervenir en un colectivo con el que se tiene un sentimiento de pertenencia. La participación es siempre dinámica y debe cumplir con las premisas de recibir información, para poder opinar y colaborar con una determinada actuación.
Tipos de participación
Se distinguen dos tipos de participación: la política, que se realiza a través de los partidos políticos y el sistema electoral, y la participación genérica en la comunidad.
La participación genérica hace referencia a que los poderes públicos deben facilitar la participación ciudadana en la vida política, económica, cultural y social.
Las formas de participación social, como pueden ser la familia, el trabajo, la escuela o las instituciones culturales, son formas de intervenir en la comunidad; por lo tanto, es necesario que haya puntos de contacto entre las instituciones y cada una de estas entidades.
La guía práctica para la implantación y desarrollo de la Agenda Local 21 en los municipios de Euskadi tiene, entre sus objetivos, el fomento de la participación ciudadana y de la adopción de compromisos por parte de los agentes sociales y económicos de los ciudadanos y ciudadanas.
Organización de la participación
Los poderes públicos deben facilitar la participación de la ciudadanía en la vida política, cultural, económica y social. Esto supone compartir entre las instituciones y las asociaciones y colectivos los proyectos sobre el entorno en que trabaje cada uno.
Los procesos de participación ciudadana tienen en cuenta puntos de vista muy variados, por lo que a veces son lentos y complicados. Pero son elementos clave para conseguir mayor legitimidad y cohesión social en un entorno.
La participación individual y colectiva
La participación individual en el ámbito municipal se concreta en los derechos a la información, a la intervención oral en las sesiones públicas, a la audiencia, a la petición, a la propuesta, a la iniciativa ciudadana y al referéndum o consulta popular.
La ciudadanía, individualmente considerada, tiene derechos pero dentro de organizaciones y en colectivos asociados puede tener competencias en el quehacer cotidiano de las instituciones para hacer efectivas la libertad y la igualdad, y para mejorar las condiciones de vida de la sociedad.
Con este objetivo, el Gobierno Vasco ha formado consejos con representantes especializados en los distintos temas, como el Consejo de la Formación Profesional, por citar un ejemplo. Las diputaciones de Álava, Bizkaia y Gipuzkoa también tienen sus propias comisiones, donde se escucha la voz de la ciudadanía.
Organizaciones propias de la ciudadanía
Los términos movimiento social y asociacionismo son diferentes. El movimiento social, según Joachim Raschke, es un "agente colectivo movilizador que persigue el objetivo de provocar, impedir o anular un cambio social fundamental, trabajando para esto con una cierta continuidad, un alto grado de integración simbólica y un bajo nivel de especificación de roles, utilizando formas de organización y acción variables".
El movimiento asociativo o asociacionismo se refiere a las actividades de todas las entidades no lucrativas que
trabajan por objetivos e intereses propios de cada asociación. No son un movimiento social porque no trabajan por
un cambio común a todas ellas.
Dentro del movimiento asociativo hay muchas entidades que permiten la participación y que se pueden parecer a las
asociaciones, pero no se contemplan como tales porque no cumplen alguno de los requisitos fundamentales para
serlo.
Estas entidades posibilitan la participación a cualquier persona interesada y buscan el interés colectivo, la mejora de
la gestión pública y una mayor calidad de vida para el conjunto de la ciudadanía. Son, por ejemplo, los partidos
políticos, los sindicatos, las organizaciones patronales o los colegios profesionales.
Existen además iniciativas económicas que parten de la inquietud social y que, aunque tienen ánimo de lucro,
surgen con claras finalidades sociales. Son cooperativas, algunas sociedades anónimas, comunidades de propietarios
o mutualidades, que no son asociaciones pero pueden ser motor de dinamización social y cultural e incluso poner en
marcha planes de desarrollo local en un barrio o un territorio.
Condiciones para la participación
Nuestras leyes reconocen el derecho a la participación ciudadana y ordenan a los poderes públicos que realicen las
actuaciones necesarias para que esa participación sea efectiva. Esta efectividad depende de la práctica y de la
gestión diaria de los equipos de gobierno y de la voluntad política que demuestren, haciendo posibles los cauces e
instrumentos de la participación.
La participación puede ser individual, pero la mejor manera de ejercer este derecho es de forma colectiva, mediante
organizaciones propias de la ciudadanía.
Estos colectivos surgen habitualmente ante las inquietudes de un grupo de personas que demandan o promueven
algún tema que les preocupa, y al que van a dedicar tiempo y esfuerzo.
Cuando en un entorno existen grupos dinámicos, se establecen relaciones entre los poderes públicos e interlocutores
que los representan. Estas relaciones son una fuente de recursos y proyectos innovadores que permiten mantener el
dinamismo social y hacen que sean los ciudadanos y ciudadanas quienes protagonicen el cambio social para la
búsqueda de una convivencia mejor.
Con esto produce una transformación social en la que las mejoras van incrementando la calidad de vida de la
comunidad. Pero para que la participación sea efectiva es necesario que se establezcan reglamentos y normas que la
posibiliten y regulen.
Vías de participación ciudadana
Desde la Administración local de nuestra comunidad se percibe a los ciudadanos y ciudadanas como poseedores de
derechos individuales que tienen que organizarse para potenciar su libertad y capacidad de elección y decisión.
Por esto es importante que las entidades que posibilitan esa participación sean accesibles y se perciban con
confianza por parte de la ciudadanía.
La comunicación y la colaboración continuada entre las entidades que dan vía a la participación ciudadana y la
Administración son imprescindibles para posibilitar la incorporación de las medidas propuestas por la ciudadanía a las
políticas institucionales.
En la actualidad, las asociaciones han entrado en la gestión indirecta de diversos servicios y equipamientos
municipales, provinciales y autonómicos, intentando aportar valores y nuevas formas de entender esos servicios de
la ciudadanía.
Esta gestión constituye un medio para que las asociaciones consigan recursos, pero deben mantenerse independientes y soberanas en sus decisiones. Para ello es necesario dotarlas de formación y posibilidades de recursos.
Al mismo tiempo, hay que aprovechar las posibilidades que ofrecen las nuevas tecnologías para la participación. Las páginas web institucionales, que además de informar, abren espacios de comunicación con los ciudadanos y ciudadanas, son buen ejemplo de estas oportunidades.
FUENTE: HIRU.COM